martes, 2 de junio de 2009

NO ROJO NI AZUL

Me pongo a pensar cómo sería el mundo imprimible sin el rojo ni el azul. Ese azul corporativo, real, generador incansable de confianza; y ese rojo fuerte, sangriento, tan capitalista como revolucionario.
El rojo fue uno de los primeros colores de la humanidad y tiene básicamente dos "formas" verdaderas o reales, el óxido de hierro y la sangre; pero a lo largo de la historia, y las historias, ha aprendido a disfrazarse de venganza, guerra y conquista e incluso tambien le fueron bien el amor, la pasión y la clase obrera. Banderas completas supieron hacerle homenaje, algunas le cedieron la mitad y otras sólo un tercio, pero en general nunca relegado a pequeños detalles, para que lo costoso de las deciciones de los gobernantes no sea olvidado.
El azul, originalmente un pigmento creado a partir del cobre de tono turqueza, caro como el oro en la edad media y renombrado en el explendido siglo veinte por Pantone Incorporated como Reflex Blue. Se lo vió desfilar en todos sus tonos y gamas junto a reyes y faraones, imperios y civilizaciones. Siempre hablando de seguridad y solidez mirando desde arriba la monocromatica existencia de la plebe, venerado por saqueadores de tumbas y casas de remate. Tanto que es el único color que tiene la denominación de real.
Marcas como Coca-Cola, Ford, Marlboro o GM no podrían ser sin el rojo Pantone 032 o el Reflex Blue; y estas marcas sólo utilizan uno de los dos; qué sería de las que usan ambos, como Banamex o American Airlines.
Pienso que no existen otros colores imprimibles que representen más las siniestras ambiciones y funestos motivos de las corporaciones que los usan, pareciendo ser más terribles las que los combinan.
Quiero imaginarme un mundo donde esos colores no existieran, dado que pienso que es inevitable que cambiara su interpretación.
Cómo harían las marcas para denotar lo salvaje y maquiavelico de sus intenciones? Con qué tono relacionarían las aseguradoras la propención a los accidentes? Cuál sería el color "real"? La humanidad se daría cuenta?

Cap.Solo®