jueves, 3 de octubre de 2024

A vos

 A vos,

que me prestaste la vida

por un tiempo.

Que jugaste conmigo

a los ensueños.

A vos,

que abriste tus piernas

y deseos.

Que miraste y entre dudas

elegiste el fuego.


A vos

te extraño 

y te recuerdo.

Y te agradezco

el resultado de este cuento.

El mundo fue mejor

en el intento.

Le dimos sentido a todo,

un momento.


Y de tanto hacerlo

lo logramos.

Volamos,

tomados de la mano.

Cristalizamos el amor

en dos humanos.

Plantamos flores,

crecieron manos.

Si al final de todo nos dejamos,

fue por un acuerdo que no hablamos.


La historia no termina,

sigo andando.

Quiero quedarme

con ese intento malogrado.

Imaginar que sigues

a mi lado,

mientras recorres

un nuevo mundo

inexplorado.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

La frase / Las palabras (ideas)

En esta historia el protagonista es una frase. Una frase que cambia de sentido con el pasar del tiempo. Un conjunto de palabras que, para una generación, tal vez la creadora del concepto, no contiene otro significado; no hay ambigüedades ni dobles interpretaciones.

En un salto temporal, periodo ocupado por una guerra o un cataclismo, una nueva generación de seres humanos recupera un manuscrito deteriorado en el que pueden leer la frase pero en un dialecto original de difícil comprensión. Con cierta dificultad esgrimen una traducción con la cuál se sienten satisfechos ya que el sentido es perfecto y comprensible.


De alguna manera sabemos que la frase sabe que ha sido mal interpretada pero no tiene voz para expresarse, no puede explicar su verdadero significado, mucho menos el motivo original de sus palabras.


Durante mucho tiempo el último sentido de la frase perdura inamovible. Utilizada por años para definir situaciones o experiencias, acompañando crianzas y educación; nadie en este mundo puede concebir que con esta máxima se pueda expresar otra cosa que no sea lo comprendido por todos.


Al cabo de un tiempo la frase no solo significa lo que contiene, también habla de quien la usa. Por un momento, nuestro protagonista cree encontrar una manera de expresarse, pero no cuenta con las herramientas para ejercitarla.


De repente la gente ya no solo no quiere oír la frase ni a los que quieren pronunciarla. La frase entonces cobra un significado casi totalmente opuesto a su sentido original. Las personas la usan para expresar sarcasmo, dicen una cosa pero en realidad están diciendo lo contrario, todo el mundo lo sabe.

Ganas de perder

Suelo tener

ganas de perder,

me gusta


meterme en maremotos.




Persigo huracanes


de lugar en lugar.


El costo es alto


y me pagan con oro.




Conocí una anguila


que me dio su corriente,


me envolvió en sus historias,


me dejó imaginar.


Aguanté la respiración


hasta recuperar el aliento,


desperté


justo al morir.




Prefería la soledad


cuando estabas a mi lado,


veo a los gusanos aprovechándose


de mi,


siento el pozo


crecer a los lados,


como la gravedad


prefiero caer.

Abismo

Hay un abismo

entre



y


yo.


Un obstáculo,

un camino infranqueable.

No puedo entender

tus señales de luz,

tal vez

solo

quiero que hables.


Vamos a jugar

a que

nos amamos.

Vamos a elegirnos,

a pelearnos

y olvidarnos.

Códigos y símbolos

bien definidos.

Con todo que perder,

podemos intentarlo.


Si no te gusta,

también puedo ser

yo.

Me cuesta un poco,

no

es imposible.

No sé si te agrade

lo que vas a

ver,

tengo espinas

bien afiladas.


Vamos

de nuevo

a jugar al dolor.

Rompamos cosas,

criemos demonios.

Quién me asegura

que tú estás

ahí

si lo único que veo

es un cuarto

vacío.


Pierdo pedazos

por

todas

partes.

Me pregunto

cómo

llegué hasta aquí.

Puedes guiarte

por las estrellas,

pero es otro cielo

el que

miramos.


El sol está

bajando,

apenas veo tu sombra.

Todo es azul,

carente de contraste.

No hay nada

que indique el camino.


Te prometo

seguir

andando a ciegas.

Ellos

Ella es exploradora, inteligente.

Él, un enamorado empedernido.

Se vinieron a encontrar entre la gente

en un tiempo en el que todo está perdido.




Fueron juntos a volar soplando el tiempo.


Surcaron fiestas, vieron playas y desiertos.


Se entregaron a la magia del momento,


sin hacer caso de lo peor del cuento.




Esos locos,


jugaron a eso un poco.


Pero al final, la realidad


logró instalar su vanidad.


Ya nada pareció interesante.


Perdieron el calor en un instante.